La primera cita después de la cirugía, se programa para unos días después de haber pasado por la cirugía. En mi opinión, esta ha sido la parte más fea de usar brackets, ya que el dolor insoportable que no sentí en los primeros días de andar brackets, lo sentí en los días posteriores a la cirugía.
En esta cita me colocaron un bracket en el diente que se encuentra en el paladar, diente que fue destapado anteriormente en la cirugía. Y para ser sincera esta cita ha sido la que menos me ha gustado, ya que mi herida no había sanando del todo y al llevar a cabo todo el protocolo que se hace para colocar el bracket, sentí un dolor terrible, aparte de eso el bracket no se pegaba ya que sangré un poco porque mi herida no había sanado del todo. Así que la cita se tuvo que volver a programar para unos días después, para así darle más tiempo a la herida para sanar.
En esos días que me dieron para que mi herida sanara, estuve haciendo enjuagues de quina y la verdad es que a pesar del amargo sabor de la quina, me ayudó mucho para desinflamar el área de la herida y hacer que el proceso de sanación fuera más rápido. Al sanar la herida regrese al ortodoncista y en esta segunda cita sí se pudo poner el bracket en el diente del paladar. Esta vez el proceso fue mucho más agradable ya que no sentí dolor alguno.
El andar este bracket en el paladar es algo incómodo al principio, ya que nadie está acostumbrado a esta sensación, además se siente raro el saber que hay algo que está constantemente pegando con tu lengua. Pero al pasar el tiempo uno se acostumbra a esta sensación, es más, uno se olvida que tiene algo en el paladar.
En esta cita me colocaron un bracket en el diente que se encuentra en el paladar, diente que fue destapado anteriormente en la cirugía. Y para ser sincera esta cita ha sido la que menos me ha gustado, ya que mi herida no había sanando del todo y al llevar a cabo todo el protocolo que se hace para colocar el bracket, sentí un dolor terrible, aparte de eso el bracket no se pegaba ya que sangré un poco porque mi herida no había sanado del todo. Así que la cita se tuvo que volver a programar para unos días después, para así darle más tiempo a la herida para sanar.
En esos días que me dieron para que mi herida sanara, estuve haciendo enjuagues de quina y la verdad es que a pesar del amargo sabor de la quina, me ayudó mucho para desinflamar el área de la herida y hacer que el proceso de sanación fuera más rápido. Al sanar la herida regrese al ortodoncista y en esta segunda cita sí se pudo poner el bracket en el diente del paladar. Esta vez el proceso fue mucho más agradable ya que no sentí dolor alguno.
El andar este bracket en el paladar es algo incómodo al principio, ya que nadie está acostumbrado a esta sensación, además se siente raro el saber que hay algo que está constantemente pegando con tu lengua. Pero al pasar el tiempo uno se acostumbra a esta sensación, es más, uno se olvida que tiene algo en el paladar.
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